sábado, 14 de febrero de 2009

Despedida de Dani Andrés



"Esto es para decir adiós.
Cinco años y nueve meses después, estoy de nuevo en la calle, casi en el mismo lugar, más viejo, más gordo, algo más sabio y más calvo. Tras más de cinco años, me despiden, flanqueado por jefes de área y una representante de recursos (in)humanos. Improcedente, 45 días por año y al paro. No ha hecho falta ERE. Sólo echar un poco de mierda sobre mi trayectoria laboral en Plataforma, unas cuantas mentiras y una carta de despido firmada. Ni un aviso de algún encargado, ninguna señal. Sus mentiras les hacen sentir bien, para así no soportar el peso de una conciencia sucia e injusta. El pataleo no sirve, es como dar patadas a un muro de piedras. Decisión tomada y irrevocable. A casa siete horas y media antes. Sueño cambiado y vueltas en la cama.
Después de más de un lustro me voy-me echan, con la cabeza alta, consciente de mis errores y de mis aciertos, de mi trabajo y de mi esfuerzo. No me siento culpable, tampoco especialmente orgulloso, he hecho mi trabajo. Triste al ver para lo poco que ha servido todo lo que he hecho.
Dejo la ira y casi todo el rencor. Me llevo un poco, sólo un poco, para tirar pa'lante y mantener las fuerzas. Allí dejo las horas extras, el hilo musical, a ciertos mandos, los horarios kafkianos de los inicios, la incompetencia y la ineptitud, las decepciones personales, el color azulcasinegro, el zumbido del carrusel, el dolor de espalda, de hombros, de muñecas, de piernas, las malas formas, las apariencias, las 8 horas de pie, los trepas, los lamesuelas, los "si tú das a la empresa, la empresa te da", el sobresfuerzo, la desmotivación, las negligencias,... Dejo lo malo para siempre. Pero también me llevo cosas buenas. El recuerdo de muchos compañeros, su amistad, su aprecio, su trabajo y su esfuerzo sin recompensa, las risas. Gente válida e infravalorada, que hace horas o no, que lucha cada día contra las circunstancias y la torpeza de algunos de los que toman decisiones. Gente buena que no necesita pisotear a nadie para llegar a algún sitio, ni para demostrar nada, que te ayuda, a la que cuentas penas y alegrías, que hace que todo esto funcione, los que hacen que todo esto ande y dé dinero. Gente de Confección, de Paquetería, de Descargas, de Carga, de Exportación, algunos encargados (los profesionales), los que un día se fueron.
Fin. Se acabó una época de mi vida, con cosas buenas y malas, con éxitos y fracasos. Etapa en la que he aprendido lo que no quiero llegar a ser, ni a quien no me quiero parecer, he aprendido a conocer la buena amistad, el compañerismo, el tirar adelante a pesar de todo,... Gracias a tod@s, a l@s que me aprecian y quieren a l@s que no, también. Gracias por soportarme en mi época de apoyo, por la ayuda cuando me relevaron y me exiliaron a Paquetería,... Gracias a todos y todas, por todo.
Pronto nadie se acordará de mi, lo normal. Yo nunca olvidaré estos años. Soy uno más, otro número, nadie especial, alguien prescindible, pero persona, por encima de cualquier cosa. Me voy con la cabeza muy alta, nunca de rodillas.
Adiós, hasta siempre, y suerte, mucha suerte.
Dani Andrés."