miércoles, 28 de mayo de 2008

Insultos y otros ratos...

He estado estudiando cómo somos las personas y la conclusión ha sido sencilla. Somos muy pobres en vocabulario. Palabras como "gilipollas" son más utilizadas que "buenos días", y aunque a mí, algunas veces, también me cuesta darlos suena un poco mejor que gilipollas a primera hora de la mañana. El caso es que me pregunto si de verdad es porque es más fácil de pronunciar fonéticamente un "joder" que un "gracias" , o es que somos como somos.
Creo que todos dependemos de nuestro estado de ánimo para nuestras conversaciones o expresiones con los demás, pero muy a menudo nos sentimos atacados por lo que se dice, tanto en particular como de una forma colectiva. No sé si es porque nos encontramos a la defensiva, o, en realidad, es que nos gusta ese "barrillo" de "tú eres una mierda"..."tú más". Sin embargo, y ya sé que soy un especimen raro que se dedica a escribir en páginas como ésta, no entiendo dónde está la virtud de desmerecer al otro para sentirse mejor con uno mismo, es decir, ¿el secreto para encontrar la autoestima de uno consiste en hacer una degradación de los demás y aplicar una especie de campana de Gauss?...
Si es así... Un alto porcentaje de la población está equivocado y tú tienes razón, puesto que estarás en la cumbre, pero... será que me arrastran las masas y yo no creo en ese modo de vida.
Realmente, pienso que nadie tiene el secreto, pero tras mi estudio he observado que un alto indice de individuos a los que he dedicado una sonrisa me la han devuelto, de aquellos sobre los que he descargado ira, he recibido cierta reciprocidad; en cambio, he observado gente insultando, y ha habido dos vertientes... los que se han lanzado al barrillo y aquellos a los que "se la ha sudado" (ya os he dicho la pobreza de nuestro vocabulario)... yo elijo esta segunda opción.
Y si en algún sitio está el secreto para sentirse bien con uno mismo (aunque le anden jodiendo...), sin duda, está en uno mismo.

Los hechos y/o personajes que aparecen en este blog pueden ser reales o inventados, según las ganas de mentir que tenga ese día. De esta forma usted no podrá adivinar cuándo me encuentro yo en estado de embriaguez, o en mi mejor estado de lucidez, en última instancia eso es lo que menos importa.
Hágale un favor al mundo y no se tome las cosas tan en serio que a nadie le gusta andar viendo su cara de culo todo el tiempo. Pase, póngase cómodo y, por favor, no joda. Gracias
.(extracto de un blog)